“Se fue (tu mamá). Ya no te quiere”, “cometí un error y nunca me vas a perdonar” fueron las palabras que Marcelo David Cárdenas Paytán (46) le dijo a su hijo de 15 años cuando se despidió para emprender su fuga luego de estrangular a su expareja y enterrar su cadáver debajo de su cama, en una habitación que compartieron por años en Villa María del Triunfo. Pero como no hay crimen perfecto, el presunto feminicida fue capturado en la casa de unos familiares en Ayacucho, por agentes de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.
El testimonio del hijo de la víctima, Feliciana Huamán Salas (39), fue clave en las investigaciones. Este fue el último en ver con vida en su madre junto a su padre en la casa en la que vivieron, ubicada en la manzana D, lote 2, asentamiento humano 1 de Mayo, en el referido distrito.
De acuerdo a las pesquisas, el 27 de julio pasado, Marcelo Cárdenas citó a Feliciana Huamán en la vivienda. Ella acudió a las 2:50 p.m. acompañado de su hijo de 15 años. El sujeto le pidió llorando a su expareja retomar la relación sentimental, pero ella se negó.
Feliciana Huamán le indicó que se encontraba en el lugar solo con la finalidad de recuperar el dinero que él le había sustraído. La pareja pasó la tarde discutiendo por lo que el menor salió a una cancha de futbol cerca de su casa y retornó a las 6:00 p.m.
Dramático testimonio
El adolescente, según relató a la Policía, encontró a su padre sentado en un mueble de la sala y notó que estaba pensativo. Le preguntó por su madre y este le respondió: “Ya se fue, dice que va a enviar matones”.
Luego, el menor quiso ingresar a la habitación de sus padres para tener la certeza de que su madre se había ido y su progenitor no le permitió ingresar al dormitorio indicándole que no había luz.
Ante ello, el hijo permaneció en la sala viendo televisión y se quedó dormido. Se despertó a las 11:50 p.m. y observó que su padre estaba en su dormitorio con la luz prendida y que tenía el colchón levantado. Este último se percató de la presencia del menor e inmediatamente apagó la luz.
Al día siguiente, Marcelo Cárdenas le ordenó a su hijo que alistara su ropa y sus cuadernos porque iba a ir a vivir a la casa de su tía María. “Tu mamá ya no te quiere”, le dijo.
En la casa de su familiar, el adolescente siguió observando a su padre muy pensativo y que cuando dialogaba con su hermana se ponía a llorar.
A las 5:00 a.m. del 29 de julio, el menor fue despertado por su padre que lo llevó a un costado de la casa de su tía para despedirse porque se iba a vivir a Ica. “Cometí un error y nunca me vas a perdonar”, le dijo.
Para la familia de Feliciana Huamán su desaparición resultaba extraña. La buscaron sin que nadie diera razón de su paradero. Uno de sus hermanos se dirigió a la casa donde ella vivió con su esposo y su hijo y se encontró con un fuerte olor. Buscó y así la encontró enterrada debajo de su cama.
Luego, la necropsia de ley estableció que la víctima había sido estrangulada. Para los detectives de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri y con el testimonio del hijo de la víctima, todas las sospechas del feminicidio de Felicita Huamán recayeron en su expareja, Marcelo David Cárdenas Paytán.
Captura
Tras las pesquisas, los agentes llegaron hasta el anexo Soteca, en el distrito de San Javier de Alpabamba, provincia de Páucar de Sara Sara, departamento de Ayacucho, donde la tarde del miércoles capturaron al presunto feminicida. Este tenía planeado partir a Puno y luego ocultarse en Bolivia, informó la Policía.
La víctima, había denunciado a Marcelo Cárdenas en dos oportunidades por el delito de violencia familiar. Una de ellas el 24 de marzo de 2015 en la comisaría de Pamplona 1, y la otra el 13 de junio en la comisaría de Villa María del Triunfo.