Autoridades comunales y un grupo de pobladores mayoritariamente aymaras cansados de las promesas incumplidas de su alcalde, lo castigaron azotándolo en la plaza de armas de su localidad, en la provincia de Chuchuito-Juli, región altiplánica de Puno (sudeste).
La sanción ocurrió el domingo, cuando el alcalde Juan Carlos Aquino se acercó a la plaza de armas de Juli, sin imaginar lo que le esperaba, para encabezar el izamiento del pabellón nacional con motivo de las celebraciones por el Día de la Madre. De pronto fue interceptado por más de 300 autoridades comunales, según reportó el diario Los Andes de Puno.
Lo primero que hicieron pobladores y autoridades fue reclamarle al burgomaestre por sus promesas de campaña, entre ellas la construcción del local comunal.
El alcalde primero se mostró reacio ante las exigencias de la población pero al ver que lo tomaban de los brazos volvió a prometer. Según el diario, los asistentes azotaron entonces varias veces con la vara que acostumbra llevar la autoridad municipal a las ceremonias.
El fiscal provincial de prevención del delito, Milton Vega, acompañado de la policía intervino para rescatar a Aquino luego que fuera paseado por la plaza de armas ante el abucheo de la población.
Juan Carlos Aquino tuvo que esta vez que prometer, pero en presencia del fiscal y por escrito, la transferencia de un terreno para la edificación del centro comunal, de modo de evitar que los comuneros puedan asumir medidas más drásticas.