En el quinto día de huelga indefinida, el distrito de Machupicchu presentó ayer un rostro de pueblo fantasma, donde los comercios lucieron cerrados y las calles vacías de turistas debido a la negativa local para que la empresa privada Joinnus asuma la venta de entradas a la llaqta inca.
Las operaciones ferroviarias entre las estaciones de Ollantaytambo-Machu Picchu-Hidroeléctrica, continúan suspendidas.
Sin embargo, los gremios y organizaciones locales acordaron anoche, durante una asamblea realizada en la Plaza Manco Cápac, levantar su medida de protesta por un unas horas para escuchar mañana la propuesta de los representantes del Gobierno.
ADVERTENCIA. En Lima, el premier Alberto Otárola fue contundente al anunciar que el Gobierno hará respetar el principio de autoridad y recordó que la ley sanciona con 15 años de cárcel para las personas que bloquean carreteras.
En tanto, la ministra Leslie Urteaga aseguró que no volverán al anterior sistema de venta de tickets y negó que se tenga previsto romper el contrato con Joinnus.
La ministra advirtió que no aceptará el “chantaje” y que dialogará siempre y cuando los manifestantes levanten la huelga.