Ante cientos de feligreses del Vaticano, el papa Francisco estuvo tendido en el suelo para conmemorar la crucifixión de Jesucristo en el Viernes Santo.
El sumo pontífice de 82 años se echó en un manto boca abajo siendo ayudado por el maestro de ceremonias papal, Monseñor Guido Marini y se puso una almohada roja en su cara.
El hecho ocurrió en la Basílica de San Pedro en el evento de la pasión de Cristo y el papa Francisco estuvo orando por unos minutos.
Luego, se puso de pie para la liturgia de la Palabra en la que el Evangelio que relata el Vía Crucis en latín.