Vecinos de Chosica viven en riesgo de desastres naturales. Foto: Giancarlo Ávila
Vecinos de Chosica viven en riesgo de desastres naturales. Foto: Giancarlo Ávila

Para los habitantes de Lurigancho-Chosica cuyas casas están situadas en zonas de alto riesgo, cada temporada de lluvias significa vivir un periodo de incertidumbre y miedo pues pueden perderlo todo en solo segundos y, en el peor escenario, hasta la vida.

Esa sensación experimenta Luz Vicente, madre de dos niños, quien vive en el asentamiento Humano Los Girasoles, en Alto Pedregal, un área considerada vulnerable debido a la caída de huaicos y que, hoy en día, cuenta al menos con geomallas geodinámicas que ayudan a mitigar sus consecuencias.

Mientras prepara el almuerzo en la olla común del área, cuenta que desde hace seis años se trasladó a la zona y en 2015 quedó damnificada tras el paso de rocas y lodo, que dañaron su humilde vivienda y bienes materiales.

Chosica - Ojo

Después de ser afectada por ese desastre natural, tuvo que empezar de nuevo, pero en el mismo lugar, allí donde corre peligro. “Siempre se vive con la incertidumbre si esta temporada habrá o no huaicos. Este año menos mal ha estado seco”, dice a OJO.

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Riesgo a inundaciones o huaicos es permanente

La compañera de labores de cocina de Luz, llamada Mayuli, cuenta que si bien hasta ahora ella no ha resultado afectada por un huaico, su madre, una vecina que habita una casa cerca del puente Caracol, lo perdió todo durante el último fenómeno El Niño en el año 2017.

En esta área, localizada al margen del río Rímac y cerca de la Universidad de Educación Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta, han proliferado las precarias viviendas de madera y tripley, a las que solo las separa del cauce un montículo de tierra y rocas.

En una situación similar se encuentra Trinchera Alta, Comité 11 (antes del badén de Rayito de Sol, kilómetro 36 de la Carrertera Central), donde a Laura Flores junto a sus dos pequeños hijos y un sobrino adolescente, casi los sepulta un huaico el 2015.

“Fue la tragedia que nunca pensé vivir. Fue una cosa de minutos, abrí la puerta y vi que el río se había desbordado (...). Mientras pensaba qué hacer, un huaico que provenía de la parte alta cayó, abrió mi portón y nos revolcó. Era una cascada de huaicos, se habían juntado, y el río se había desbordado (…). Quedamos sin nada”, recuerda.

Un huaico casi sepulta a Laura Flores junto a sus dos pequeños hijos. Foto: Giancarlo Ávila
Un huaico casi sepulta a Laura Flores junto a sus dos pequeños hijos. Foto: Giancarlo Ávila

Pese a ello, ningún traslado se concretó y volvió a comenzar de cero en este lugar. Debido al miedo que sienten cada vez que hay lluvia, sobre todo sus hijos, espera que se concrete la construcción de un muro de contención para protegerlos. “Es una angustia terrible”, refiere.

Ocupación en sitios vulnerables incrementa

El especialista en Análisis Territorial, Vladimir Cuisano, de la subdirección de Gestión de la Información del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), señala que los movimientos en masa (huaicos) y las inundaciones son los peligros que más afectan a Lurigancho-Chosica, sobre todo si hay “El Niño”.

“Entre las quebradas que han tenido algún tipo de impacto en los últimos 20 años están Pedregal, Rayos de Sol, Quirio, Carosio, Libertad, California y Santo Domingo. ¿Por qué digo ese periodo? Porque es muy probable que en un futuro se repitan”, dijo.

Respecto a inundaciones, añadió, usualmente se registran en las partes bajas del distrito como los sectores La Perla, Florida, Cantagallo y todos los que se ubican a lo largo del curso del río Rímac.

Ocupación en zonas vulnerables empeora cada año, según Cenepred. Fotos: Gian Ávila
Ocupación en zonas vulnerables empeora cada año, según Cenepred. Fotos: Gian Ávila

“Lamentablemente, van aumentando las personas que se encuentran expuestas (a estos peligros). Estos espacios siguen siendo ocupados y no se están tomando las medidas restrictivas”, advierte.

Agrega que además de las medidas de mitigación y concientización, a largo plazo, el gobierno local debe trabajar en evitar que sigan invadiendo sectores que pueden ser impactados por huaicos e inundaciones. “Se debe evitar su ocupación, para evitar futuros riesgos”, anota.

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