Uno de los ámbitos de la vida en el que el amor es furtivo, crematístico e interesado es el fútbol.
Y lo que es peor, en el campo del balompié, se pasa de un amor a otro sin el menor duelo o dolor de corazón.
Allí, entre la pelotita, prima el dicho popular: “No es por amor al chancho, sino a los chicharrones”.
O ese refrán algo añejo: “Plata en mano, chivato en pampa”, que alude al concepto estricto de la venta al contado.
De todo esto puede dar fe el portugués Cristiano Ronaldo, quien acaba de dejar su galáctico amor de 9 años con Real Madrid para emprender un romance con la “Vieja Señora” de Italia.
El flechazo, directo al bolsillo, le reportará 105 millones de euros y un sueldo de 30 millones anuales.
El mismo Neymar demostró que su amor al juego está amarrado a su billetera y abandonó a Suárez y Messi para anclar en el PSG francés por 30 millones de euros al año.
Al parecer ni Cristiano ni Neymar leyeron a Eduardo Galeano, el escritor uruguayo, dueño de frases como esta: “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”.
Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.
Lo que hicieron los rescatistas para ayudar a los niños atrapados en una cueva
Delincuente muere y ex policía es detenido tras balacera
Dr. Pérez Albela y su receta para limpiar el hígado graso con solo un limón
Aparece resolución de juez Hinostroza que absuelve a condenado por violación de una niña
HAY MÁS...