Gran conmoción en el Perú provocó el ataque de Sendero Luminoso el centro poblado de San Miguel del Ene (Satipo, Junín), en la zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), donde asesinaron a 16 personas, entre ellos 4 menores de edad.
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Diario Correo encontró a los familiares de algunas de las víctimas, quienes exigen todo el peso de la ley contra los responsables. Los cadáveres siguen en la morque de Pichari.
“Nadie se ha comunicado, no tengo ni las posibilidades de ir a ver a mi hija ni a mi esposa. Pido justicia, a los que han matado a mi hijita y a mi esposa. Ayúdenme para que traigan los cadáveres”, dijo entre lágrimas Christian Quincho, el padre de la pequeña Luana de solo 4 años.
El hombre cuenta que su esposa Diane Genoveva Ochoa Ccahuana se fue a trabajar junto a sus hermanas Marcelina y Carmen Rosa y su sobrina Anyeli de 8 años.
Según contó, hace seis meses las tres hermanas salieron de Huancayo y se dirigieron hasta la Selva Centra en busca de trabajo. Ellas terminaron trabajando en un bar a donde también se llevaron a sus hijas con ellas.
En tanto, la madre de las tres mujeres, Alejandra Cahuana, contó que no tienen dinero para traer los cuerpos hacia Huancayo.
“Mi hijo me ha llamado, dice que no pueden traer los cuerpos, les están pidiendo mucha plata para soltarlos. ¡Ayuda por favor!”, suplicó Alexandra Cahuana, madre de las tres mujeres.