Francisco (55, Carabayllo). Querida Doctora Magaly, le escribo porque estoy pasando por una situación que me tiene realmente preocupado. Yo siempre he sido muy responsable con el dinero; sin embargo, últimamente me siento atrapado en un ciclo de compras impulsivas, y creo que todo esto tiene que ver con mi esposa, Marta. He intentado muchas veces hablar con ella sobre la importancia de ahorrar y planificar, pero no parece darle mucha importancia a estos temas.

Este último Black Friday fue el colmo. Como cada año, Marta se dejó llevar por las ofertas y compró cosas innecesarias, ropa que ni siquiera iba a usar y productos de belleza que ya tenía en casa. Aunque traté de convencerla de que no necesitaba todo eso, me sentí completamente impotente frente a su entusiasmo.

Después de las compras, revisé nuestras cuentas y me llevé una gran sorpresa al ver el monto de lo que había gastado, mucho más alto de lo que esperaba. Mi mujer siempre justifica sus compras diciendo que son “oportunidades que no se pueden dejar pasar”, pero esto ya me está preocupando. Siento que estoy perdiendo el control de nuestra economía y esto está afectando nuestra relación.

A pesar de todo esto, sigo amando a Marta y quiero encontrar una solución. Estoy pensando en imponer un presupuesto familiar y establecer límites a sus compras, pero no sé si eso cambiará algo. ¿Qué me recomienda?

CONSEJO

Querido Francisco, te sugiero que hables con Marta de manera calmada y honesta, expresando tus preocupaciones sin culparla. Establezcan juntos un presupuesto claro y acuerden límites para las compras. Si es necesario, busquen la ayuda de un consejero financiero o terapeuta para fortalecer la comunicación y evitar tensiones. La comunicación es clave.