Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Mario, de 27 años, que vive en San Juan de Lurigancho:

Estimada señora Magaly Moro, mi enamorada Yolanda y yo estamos atravesando por una crisis. Sucede que desde hace tres meses ya no nos podemos ver tan seguido como quisiéramos.

Sucede que nuestros barrios se han vuelto muy inseguros. Yo vivo en San Martín de Porres y ella en Collique, Comas. Con el paso del tiempo se volvió imposible transitar en las noches por las calles de estos lugares debido a que delincuentes en moto asaltaban a todo aquel que pasa.

A mí me han asaltado en tres ocasiones, dos de ellas fueron llegando a su casa y una llegando a la mía. A ella también la han asaltado. Debido a esta ola de delincuencia decidimos que lo mejor sería no vernos con tanta frecuencia. Temíamos que en cualquier momento nos pase algo grave al intentar robarnos algo.

Ahora solo nos vemos una vez a la semana, los sábados estamos juntos por unas horas. Sin embargo, este tiempo es muy poco. Me he dado cuenta que ahora conversamos mucho menos y para mí el diálogo es fundamental en una relación. Además, a veces he sentido distante a Yolanda. Le he dicho que quiero verla con más frecuencia porque me parece que nuestra relación se está enfriando.

Ella me respondió que son ideas mías y que esperemos un tiempo más para ver cómo va la situación para poder vernos con la misma periodicidad de antes. No sé qué pensar, doctora. ¿Será que Yolanda ya no me ama y por eso ya no le interesa verme?

CONSEJO

Estimado Mario, entiendo la situación, te aconsejo que hables con Yolanda sobre lo que te preocupa. Aprovecha un sábado para decirle lo que sientes y pídele sinceridad a ella. Puedes proponer alternativas para empezar a verse con más frecuencia. Por ejemplo: en la hora del almuerzo, los domingos en la mañana o en la tarde. Las videollamadas también pueden servir.

ESCRÍBEME TU CASO A