Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Felipa de 50 años, de Los Pueblo Libre:

Doctora Magaly, yo siempre he sido una persona tranquila y equilibrada. No obstante, últimamente me siento muy frustrada con mi esposo, Alfredo. Él ha desarrollado una obsesión con la política, especialmente con lo que dice la presidenta Dina Boluarte. Cada vez que vemos las noticias o leemos sobre ella, Alfredo comienza a quejarse de todo lo que la presidenta dice y hace. A veces, se pasa horas hablando sobre sus decisiones, especialmente sobre lo que considera “tonterías”, como sostener que con 10 soles diarios es posible cubrir una alimentación nutritiva

Lo que más me preocupa es que mi marido no parece estar dispuesto a escucharme cuando trato de cambiar de tema o pedirle que se calme. Él se enfurece fácilmente y, aunque le he explicado que todos tienen derecho a sus opiniones, me parece que está perdiendo el control sobre sus emociones. Esta obsesión está afectando la paz de nuestra casa, ya que cada conversación termina en una discusión. Yo no tengo tanto interés en la política, pero lo que más me molesta es la falta de equilibrio y serenidad que ahora predomina en nuestra relación.

Me gustaría encontrar una forma de hablar con él sin que nuestras conversaciones se conviertan en peleas constantes. He intentado hacerlo de manera tranquila, pero parece que no le importa. Me está preocupando que este tema, que comenzó como algo menor, esté afectando nuestra convivencia. ¿Qué me recomienda hacer, señora Moro?

CONSEJO

Querida Felipa, te sugiero que hables con Alfredo de manera calmada y respetuosa, expresando cómo sus comentarios constantes sobre política te afectan. Intenta sugerir momentos para desconectarse de ese tema y fortalecer su relación con actividades que ambos disfruten. Consideren buscar ayuda profesional para manejar la frustración y mejorar la comunicación.