Los alimentos pueden contribuir a que se desarrollen procesos inflamatorios que causan enfermedades. Los estudios ya señalan estilos de alimentación que agravan este problema, como la dieta occidental alta en azúcar y alimentos ultraprocesados.

El azúcar añadida y los alimentos ultraprocesados, es decir aquellos que, debido al procesamiento, han perdido sus características originales, por ejemplo, el trigo entero transformado en harina de trigo sumamente refinada, son parte de la lista a evitar. Esto se debe a que, esencialmente, son fuentes de energía inmediata con poco aporte de nutrientes; al no ser utilizados, se acumulan como grasa. El exceso de grasa en el cuerpo causa inflamación.

La grasa animal de las carnes también se asocia con la inflamación. Además, las carnes procesadas, como los embutidos, tampoco son favorables. En cuanto a las carnes rojas, se recomienda limitar su consumo a una vez por semana y dar preferencia al pescado.

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