Se puede encontrar de diversos tamaños, desde trampolines pequeños (mini trampolines) utilizados en interiores hasta grandes trampolines de jardín. Saltar en un trampolín implica rebotar de manera rítmica, utilizando el impulso para elevarse y caer repetidamente sobre la superficie elástica.

El trampolín moderno fue desarrollado en 1936 por George Nissen, un gimnasta y entrenador estadounidense. Nissen, inspirado por la necesidad de mejorar los entrenamientos de gimnasia y acrobacias, creó un aparato que permitía a los atletas practicar sus habilidades con mayor seguridad y eficacia.

1. Mejora de la condición cardiovascular. Saltar en trampolín es un ejercicio aeróbico eficaz que aumenta la frecuencia cardíaca y mejora la circulación sanguínea. Esto fortalece el corazón y los pulmones, mejorando la capacidad cardiovascular y la resistencia.

2. Fortalecimiento muscular. El rebote en un trampolín ejercita varios grupos musculares, incluidos los músculos de las piernas, el núcleo y la parte superior del cuerpo.

3. Bajo impacto en las articulaciones. A diferencia de correr o saltar en superficies duras, el trampolín absorbe gran parte del impacto, reduciendo la presión sobre las articulaciones y los huesos. Esto hace que sea una opción ideal para personas con problemas en las articulaciones.

4. Sistema linfático saludable. El movimiento rítmico del salto ayuda a estimular el sistema linfático, promoviendo la eliminación de toxinas y mejorando la función inmunológica.

5. Beneficios para la salud mental. El ejercicio en trampolín libera endorfinas, reduce el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo general. Además, la naturaleza lúdica de saltar es una fuente de alegría y diversión.

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