Aunque la canela muestra potencial en el control de la glucemia (glucosa en sangre), la evidencia científica no es concluyente. Esto se debe a que, si bien encontramos estudios experimentales que muestran una reducción significativa de la glucosa sanguínea con el consumo de altas dosis de canela, también existen revisiones, como las de Cochrane, que no muestran ventajas.
La persona con diabetes puede consumir canela como parte de una dieta variada y balanceada, incluso a diario, como condimento en polvo, en ramas, en postres sin azúcar añadida y con carbohidratos reducidos o como infusión, sin que sea perjudicial.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que su consumo excesivo (dosis mayores a 1 g al día) puede tener serias consecuencias. La canela contiene cumarina, una sustancia que, en altas dosis, puede ser tóxica para el hígado y afectar la coagulación sanguínea.
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