(GEC)
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Cada vez más pacientes expresan malestar digestivo. Eso los lleva a una serie de autodiagnósticos que los empuja a restringir muchos alimentos.

El mal funcionamiento de la digestión puede tener origen en un mal balance de la dieta y con el tiempo genera alteración en la microbiota del intestino grueso. Me refiero a esa alfombra de microorganismos que recubren el colon que nos da protección frente a gérmenes agresores y que evita que cualquier toxina o desecho lo atraviese.

Cuando la dieta no tiene balance, por ejemplo, comemos más carbohidrato, proteína o grasa. Eso favorece el crecimiento de ciertas colonias creando desbalance y una suerte de orificios en esa alfombra que puede permitir el paso de sustancias agresoras. Mantener el equilibrio en la dieta y nutrir la microbiota es fundamental para la salud digestiva. La fibra es el principal alimento de la microbiota que muchos no llegan a consumir. Por ello, los animo a completarla con “fluye”. Conoce más en .