Saltarse el desayuno o no mantener un equilibrio entre los grupos de alimentos en las comidas principales puede aumentar la probabilidad de picotear entre horas. Esto puede llevar a consumir más calorías de las necesarias, incluso si los alimentos son pequeños, lo que a su vez puede resultar en un aumento de peso.

La mejor manera de controlar el picoteo es mantener un horario regular de comidas. Se recomienda que transcurran 6 horas entre el desayuno y el almuerzo, y lo mismo entre el almuerzo y la cena. Esto permite que el cuerpo aprenda a reconocer mejor las señales de hambre y saciedad.

Algunas personas adultas pueden necesitar un snack adicional entre comidas. En esos casos, es conveniente optar por un alimento crujiente que requiera un mayor esfuerzo de masticación, como zanahorias crudas o almendras. En estas situaciones, el tiempo entre comidas podría reducirse a 3 o 4 horas.

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