Hay muchas dudas respecto al consumo adecuado de carbohidratos. En primer lugar, debemos consumirlos sin miedo y entendiendo que los alimentos no procesados, fuente de carbohidratos, son los que dan la energía a nuestro cerebro y contribuyen a potenciar la fuerza muscular proporcionando la energía que cada célula del cuerpo necesita para cumplir su función.

En segundo lugar, teniendo en cuenta que a lo largo del día consumimos energía, debemos reponer lo gastado con carbohidratos a través de las comidas principales (desayuno, almuerzo, cena). En el caso de los niños, pueden necesitarlos también en la lonchera y a media tarde.

Hay dos fuentes de carbohidratos que me encanta recomendar para el desayuno: la avena en hojuelas (espesa o ligera) y los tubérculos, especialmente el camote (no frito). Tanto la avena como el camote tienen almidones de la mejor calidad y buena fibra. El camote, además, contiene vitamina A, muy importante para la piel y toda la mucosa que recubre diversos tejidos internos.

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