Luego del júbilo que nos dio la selección peruana, otra vez tenemos que atender los vaivenes políticos que, en algunos casos, dan vergüenza ajena.
Por ejemplo, pese a que el pueblo repudia su accionar, el Congreso de la República sigue disparándose a los pies.
Hoy, cuando otra vez en la Comisión se debatía la suerte del súper protegido ex fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, la fujimorista Rosa Bartra aludía a los “sinvergüenzas”, aunque no dio nombres.
Por su parte, el incontrolable Héctor Becerril tildó de “ladrón de votos” a Marco Arana (del Frente Amplio) y el ex cura, con el diablo en el cuerpo, le respondió a viva voz: “delincuente”.
Se cumple así ese chiste de Melcochita que da cuenta de dos amigos que pasan por la acera del Congreso y escuchan una estentórea voz que se cuela por las ventanas: Ladrón, estafador, delincuente, falsificador, mochasueldo.
Y uno le dice al otro:
-Escucha lo que están diciendo los parlamentarios, a lo que el otro amigo responde: “Están pasando lista”.
Cada día encuentra mayor asidero la versión de que estamos ante uno de los peores Parlamentos de la historia, sino el peor. Y eso es una lástima para la institucionalidad.
Esto fue todo por hoy, cierro el Ojo Crítico, hasta mañana.
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