¡Qué tal! En estos tiempos de turbulencia, la comunicación es una herramienta básica de gestión.

, por ejemplo, arrancó ilusionándonos con un discurso político bien zurcido, redactado con el punto fantasía del crochet conciliador y, de remate, adosado a la brillante madeja literaria de César Vallejo, con “Considerando en frío, imparcialmente”, sin embargo, algo ha pasado con el mandatario que reemplazó al que tejió su propia banda presidencial para cinco días, o sea Manuel Merino.

Resultante inmediata: la aprobación de Sagasti bajó 10 puntos y llega a 34%, mientras que su desaprobación aumentó 12 puntazos y trepa hasta el 47%, según una encuesta de Ipsos para El Comercio.

Pero, claro, hay una causa y un efecto. En la conferencia del miércoles pasado, cuando todo el país aguardaba pegado al televisor las medidas del Gobierno para quitarle viada al rebrote de la Covid-19 y las cepas del demonio, el jefe del Estado se dio una prolongada vuelta por la tangente, resolvió el Teorema de Tales de Mileto y, entonces, en ese ínterin, la audiencia evocó el pragmatismo y la intensidad del vacado “Martincito”, desazón que plasmó en la tendencia #extrañoaVizcarra.

Como en los tiempos de Alejandro Toledo, cuando el premier Ferrero cumplía además el papel de “traductor” de las veleidades del “Cholo” y Carlos Álvarez lo vacilaba lindo, esta vez quien tuvo que enganchar el hilo del feedback con la claridad sobre la pandemia, fue el ministro de Educación, Ricardo Cuenca.

Y si de Vallejo se trata, el vate ya había descrito esta situación de desesperación que vive nuestro país en ‘La Cena Miserable’: “Y cuándo nos veremos con los demás, al borde de una mañana eterna, desayunados todos! Hasta cuándo este valle de lágrimas, a donde yo nunca dije que me trajeran…”. Genio y figura. Entonces, para su libro, señor Presidente Sagasti: conferencias directo al grano, sin eufemismos, sin floro, sin verso; sin dorar la píldora. La gente quiere información puntual sobre las vacunas. Si no, el espectro de Vizcarra seguirá en las redes sociales. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.

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