Bien intrincada resultó la muerte de José Yactayo a manos de un sujeto que, además de flirtear con el editor de televisión, era mantenido por un empresario septuagenario que le pagaba los estudios y puso a su disposición su departamento con carro incluido.
“¿Qué le pasó a Yactayo, un hombre de prensa tan respetado, para acabar vinculándose con un gigoló de esta calaña?”, es la pregunta de propios y extraños. La reconstrucción del crimen ayudará a tener mayores luces del asesinato, aunque nadie puede entender por qué tanta violencia contra Pepe, al punto de descuartizarlo y quemarlo.
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