Si me realizan esa pregunta, mi respuesta sería que el desayuno ideal es aquel que se adecúa a tu ritmo y a tus necesidades. Observen que puse en primer lugar ritmo y es por una sencilla razón: si la alimentación no se adapta a tus posibilidades difícilmente tendrás una dieta saludable y, de no lograrlo, ten por seguro que te pasará factura.

Algunos ejemplos de desayunos prácticos, rápidos y que aportan nutrientes para arrancar el día son una taza de avena y un huevo duro, un pan con palta y un café, una fruta y un yogurt, choclo con queso, yogurt con chía y proteína en polvo. Estas opciones son perfectas para una persona con poco tiempo y que suele estar sentada horas por trabajo.

La figura cambia si tienes tiempo y tu movimiento físico es mayor. Tu desayuno puede ser más elaborado y, además, incluir alimentos super nutritivos como brotes, hongos, semillas, germen de trigo, maca, polen, entre otros.

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