Qué tal
El premio The Best de la FIFA a la afición peruana por su extraordinario apoyo a la Blanquirroja en el mundial de Rusia 2018 debe marcar un punto de quiebre en el fútbol nacional, pero también en la sociedad en su conjunto.
La moraleja es que cuando actuamos como un solo puño, unidos con alma, corazón y vida, podemos obtener galardones como este, que ciertamente nos levanta el ánimo como país y propicia que el mundo nos mire con admiración.
Debemos entender que el hecho de ser mundialistas, porque lo somos, implica un estado superior y eso debe extenderse al comportamiento de los hinchas y del pueblo en general.
Cómo es posible que tengamos estadios vetados, tribunas clausuradas, canchas hasta el perno y un clima de violencia que no se condice con la emoción y el respeto que exhibimos en Rusia.
En todo caso, ser la mejor hinchada del mundo debe comprometernos a honrar esta distinción. ¿Cómo? Respetándonos mutuamente, respetando la pelotita, respetando la propiedad privada, pero sobre todo respetando la vida y tranquilidad de los demás.
Solo así volveremos otra vez a un mundial, en este caso Qatar 2022.
Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.
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