Llenarse de gases puede ser producto de la mala función digestiva, un problema de salud o por un mal hábito en el acto de comer.

No obstante, hay tres malos hábitos que pueden producir gases: el primero es aspirar el alimento del cubierto en lugar de arrastrarlo con los labios, sin darnos cuenta estamos tragando aire que, muchas veces, puede costar expulsar; lo segundo es masticar con la boca abierta o hablar mientras se come, esto no es un tema de protocolo social, sino que también en ese acto se traga aire y, por último, comer apresuradamente y/o mascar goma (chicle) por un largo rato.

Si eres los que se llena de gases, antes de limitar o retirar alimentos, observa tus hábitos al comer y ensaya corrigiendo estos 3 puntos. Por otro lado, las bebidas gasificadas o fumar también llena de gases. Si has identificado alimentos que te generan flatulencias, consulta al nutricionista y si el malestar persiste visita al médico gastroenterólogo.

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