La primera bebida de cola fue patentada en Estados Unidos, en el año 1945, un producto sin duda exitoso que, 77 años después, sería la bebida gaseosa más consumida en el mundo.
Las bebidas de cola son gaseosas, por lo general, elaboradas con agua carbonatada, colorantes y endulzadas con edulcorantes nutritivos (azúcar o jarabe de maíz de alta fructosa) o no nutritivos (aspartamo, acesulfamo de potasio, sucralosa, sacarina o ciclamato de sodio).
Contienen, además, aditivos permitidos como saborizantes, preservantes (benzoato de sodio, sorbato de potasio), acidulantes (ácido fosfórico, ácido cítrico) y otros. También pueden contener cafeína, en cantidades variables, entre los distintos productos.
Un consumo eventual y muy moderado de bebida gaseosa (1 vaso pequeño) no debería representar un riesgo para la salud. Sin embargo, cuando hablamos de niños o consumos excesivos, incluso, en adultos, es un promotor de la obesidad, la malnutrición, irritación de la mucosa gástrica, hipertensión arterial, entre otros problemas de salud.
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