El magnesio (Mg) es esencial para el funcionamiento óptimo del sistema inmunológico y para regular la inflamación. La deficiencia de Mg puede llevar a una disfunción inmunológica temporal o a largo plazo.

La relación entre el magnesio y la inmunidad ha sido objeto de investigación científica. Un artículo publicado en la revista “Nutrients” (2017) examinó la influencia del magnesio en la inmunidad y señaló su impacto en la activación de células inmunitarias y la producción de citoquinas.

Otro estudio difundido en “The Journal of Immunology” (2018) exploró cómo el magnesio afecta a las células T, que son cruciales para la respuesta inmunológica y concluyó que niveles adecuados de magnesio pueden favorecer una respuesta inmunitaria más efectiva.

Como vemos, el magnesio es importantísimo para nuestro cuerpo. Ayuda a hacer proteínas, como los anticuerpos que nos protegen de enfermedades, y controla la inflamación, que es una respuesta del cuerpo ante daños o infecciones. También es necesario para que nuestras células trabajen correctamente y produzcan energía, y tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que ayuda a reducir el estrés en nuestro cuerpo.

Entre los alimentos con buenas cantidades de magnesio resaltan los frutos secos como almendras o nueces y semillas de girasol o de calabaza; vegetales como espinacas, acelgas, col rizada y berros; legumbres, entre ellas, frijoles negros, garbanzos y lentejas; granos enteros como arroz integral, avena, quinua o cereal integral; chocolate negro con alto contenido de cacao y, por último, hortalizas como brócoli o zanahorias.

En la mayoría de los casos se necesita suplementación. Consuma Magnesol en cualquiera de sus presentaciones.

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