Deja mucho que desear que no se haya hecho mantenimiento adecuado a las luces de la veintiúnica pista operativa en 14 años.
Deja mucho que desear que no se haya hecho mantenimiento adecuado a las luces de la veintiúnica pista operativa en 14 años.

Sobrino, qué locura lo que pasó en el Jorge Chávez la semana pasada. Resulta que se apaga una lucecita y estamos perdidos. ¡Más de 10 mil pasajeros afectados y 6 millones de dólares perdidos! ¿Quién va a pagar esa vaina?

Deja mucho que desear que no se haya hecho mantenimiento adecuado a las luces de la veintiúnica pista operativa en 14 años. Y recién piensan hacerlo en enero, por lo que nadie nos asegura que este roche no vuelva a pasar. Encima, resulta que las luces de “emergencia” dependían de esos mismos cables a los que en 14 años nadie quiso mantener. ¡No sean palomas!

Y es que nos encanta reaccionar recién una vez pasadas las cosas, en lugar de prevenir y evitar todas estas pérdidas. Más aún cuando una buena parte de la responsabilidad se la lleva Corpac, empresa estatal que, lejos de hacernos sentir tranquilos, me deja bien palteado sobre cómo estarán los aeropuertos al interior del Perú. Así que, en lugar de seguir palteando, ojalá de una buena vez se pongan las pilas.

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