Qué duda cabe de que el pueblo peruano se equivocó olímplicamente al llevar a al poder porque este señor y sus familiares, además de ministros y gente de su confianza, según el presupuesto de la Fiscalía y las investigaciones periodísticas, están desvalijando las arcas del Estado. Ahora resulta que el mismo Vladimir Cerrón, condenado por corrupción, además del dinero público que recibe como secretario general del lápiz, se levantaría 40 mil soles como “agente encubierto” de la DINI. ¿Qué cosa? Como decían las abuelas de antaño, “gallina que come huevos, aunque le quemen el pico”. O “el que nace para panzón, aunque lo fajen de chico”. Y, claro, cunde el mal ejemplo porque congresistas de Perú Libre le han sacado la vuelta a la ley haciendo que sus familiares ganen jugosos contratos con dependencias gubernamentales. ¿O no Waldemar Cerrón o Kelly Portalatino? ¿Cuándo se les acabará la gallina de los huevos de oro? La Fiscalía y el Congreso tienen la palabra.