Un nuevo ministro de Educación, Morgan Quero, ha tomado juramento y es de esperarse que al fin se aplique una política en dicho sector que permita que la formación que niños y jóvenes reciben en la escuela pública sea de calidad y digna. No podemos seguir como hasta ahora, en la cola de la calidad educativa en la región. Ningún peruano tiene por qué estudiar en colegios con infraestructura deficiente ni con profesores incapaces de aprobar la más elemental evaluación. Es momento de poner atención, recursos y una buena gestión al servicio de formar mejor a quienes son el futuro del Perú. Mucho se habla de que la educación es la mejor y a veces la única forma de salir de pobreza. Esto es una gran verdad. Sin embargo, poco se ha hecho por apuntalar un sector que en el último año y medio ha tenido cinco ministros. Evidentemente no hay una ruta a seguir porque no existe voluntad política de hacer las cosas. Vamos de tumbo en tumbo, hacia donde lleven los vientos, y eso es una crueldad y una injusticia hacia nuestros futuros ciudadanos.