El Ministerio Público ha abierto investigación a la congresista parrandera Rosselli Amuruz por los presuntos delitos de negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo, a raíz de la contratación de allegados a su negada pareja Paúl García, lo que deja muy parada a la legisladora que, aunque parezca mentira, sigue siendo la tercera vicepresidenta del Congreso debido a que sus colegas la salvaron de la censura, en una clara otorongada digna de este Poder Legislativo. Por el bien del Congreso, la legisladora Amuruz debería renunciar para que se elija a un nuevo miembro de la Mesa Directiva de un Parlamento que es una vergüenza. Con el hecho de aferrarse al cargo, hace mucho daño al trabajo legislativo y al país en general. Que tenga en cuenta que aparte de la investigación del Ministerio Público, de por medio hay un muerto producto de un ataque de uno de los malandrines que participaban en la jarana de su negado novio. ¿Qué más?