Ayer hemos sido testigos de un accidente protagonizado por una cúster en el cruce de las avenidas La Marina y Escardó, en San Miguel, en el que hubo nueve heridos. Tres días antes, un vehículo similar protagonizó una tragedia en Pasamayito, que dejó cinco personas fallecidas. Ambos hechos tienen en común que los choferes de ambas unidades habían cometido múltiples infracciones de tránsito y aún así seguían circulando. Desde acá nos preguntamos, ¿por qué no es posible quitar la licencia a quienes son unos verdaderos peligros públicos? Es cuestión de tener voluntad. No se puede permitir que estos salvajes tengan en sus manos las vidas de decenas y cientos de personas. Si necesitan trabajar, pues que se dediquen a otra cosa. Todo el tiempo nos quejamos e indignamos de que ocurran accidentes por acción de conductores que no deberían estar al frente de un vehículo, pero nada se hace, al día siguiente todo sigue igual. ¿Qué están esperando? ¿Es que acaso la vida de los peruanos que usan el transporte público no vale nada?S