Este panecillo dulzón es una preparación típica del . Cada región tiene una variante en la preparación, pero todos tienen en común el sentido de la elaboración que es regalo para los vivos y recordación de los difuntos.

Para la nutrición, la wawa es un ejemplo de bollería nutritiva. Si bien cada región tiene sus variantes es clásico, días antes, compran un saco de harina de trigo o mandan a moler el trigo (versión integral) y lo combinan con molienda de maíz, habas, otros cereales y mantecas. Además, un sabor particular que pueden acentuar con anís, canela, toronjil, menta, etc., o la hierba que crece en el campo y que les guste más.

Los caramelitos que, en buena hora, son en poca cantidad alegran a los niños y, junto a las formas de caballo o bebé, sellan la tradición.

Realmente, se logra un pan rico en energía de buenos almidones integrales que dejan en la masa sus nutrientes (minerales y fibra) y las hierbas o semillas suman antioxidantes y elevan la calidad nutricional.

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