La tendencia por consumir alimentos cada vez más naturales pone en el tapete más cuestionamientos sobre los aditivos alimentarios. Estos agregados, que tienen como principal función conservar los alimentos, existen desde la antigüedad: el aceite, la sal y el azúcar se utilizan como conservantes.

La tecnología y la investigación han permitido desarrollar cerca de 2500 aditivos alimentarios de los cuales existen naturales y sintéticos. De estos últimos hay una lista considerada de riesgo que, por lo general, son colorantes artificiales.

Los aditivos naturales proceden de plantas, vegetales, frutas y algas que resultan ser más costosos y no son de riesgo a la salud. Los sintéticos aprobados por la JECFA son considerados seguros para la salud utilizados en las cantidades permitidas y, principalmente, están en los alimentos ultra procesados.

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