El impacto en la salud de la exposición a metales pesados como mercurio, plomo, cadmio y arsénico puede llegar a ser grave impactando diversos órganos como los riñones o el hígado, y sistemas del cuerpo, entre ellos, el nervioso, cardiovascular e inmunitario. Los efectos pueden variar desde síntomas leves (fatiga y dolor de cabeza), hasta problemas más serios como daño cerebral, daño renal o, incluso, cáncer.
Consejos:
Evitar la exposición laboral. Si laboras en industrias o entornos que involucran el manejo de metales pesados, asegúrate de seguir todas las medidas de seguridad y utilizar equipos de protección adecuados.
Filtro de agua. Usa un filtro de agua de alta calidad que pueda eliminar metales pesados del agua potable.
Dieta segura. Consume alimentos cultivados en áreas no contaminadas y evita aquellos que puedan estar expuestos a malas condiciones como pescados grandes y mariscos de aguas contaminadas.
Utensilios de cocina. Optar por los que sean de materiales seguros como acero inoxidable o cerámica y evitar los de recubrimientos de teflón y aluminio.
Suplementos de calidad. Si los consumes, asegúrate de que sean de alta calidad y provengan de fuentes confiables para evitar la contaminación con metales pesados.
Consuma:
Apio. Es depurativo porque dilata los vasos renales y ayuda a expulsar tóxicos.
Chlorella y espirulina. Poseen la capacidad de unirse a metales pesados y facilitar su eliminación del cuerpo.
Ajo. Tiene propiedades desintoxicantes que eliminan metales pesados del organismo.
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