En las celebraciones navideñas y fin de año se multiplican las consultas médicas por la ingesta excesiva de comida o bebidas con alcohol. La indigestión, la intoxicación por alcohol y las descompensaciones en pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles pueden ser peligrosas.

Estos excesos, además, suelen ir acumulándose a lo largo del mes de diciembre con las reuniones familiares, laborales, entre otras, dando como resultado la ganancia de peso no deseada.

Mi recomendación no es restringirse, sino más bien moderarse. Esto significa hacer cambios en los días de eventos donde se comen adicionales. Por ejemplo, si se tiene un lonche navideño, por la mañana coma ligero y el almuerzo puede ser una proteína animal con una generosa ensalada de solo verduras.

Tengan en cuenta que no es dejar de comer o tener una sola comida al día, sino reducir las harinas y grasas de la comida principal por ese día. En el evento, servirse lo que antoje, pero en una porción normal.

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