Una de mis pacientes, estudiante de medicina, había ganado peso desde que su rutina cambió al ingresar a la universidad. Venía del interior del país, acostumbrada a que en casa las comidas estuvieran listas, así que su alimentación tuvo que adaptarse y comer lo que la satisfaga y esté listo.
Aún cuando sus deberes no superan las 8 horas al día y su desayuno era quinua y pan con pollo y mayonesa, su almuerzo un menú de huarique (similar a la comida casera) y su cena diaria eran huevos con tostada, se sentía siempre cansada y con sobrepeso.
¿Por qué alguien con esa alimentación gana peso y se siente agotado? La respuesta está en 3 factores. En primer lugar, está consumiendo más calorías de las que gasta por estar casi todo el día sentada; segundo, su dieta es muy pobre en frutas y verduras, y por último, las comidas son muy altas en harinas y grasa lo que la mantiene con una digestión lenta. Frente a ello, el cuerpo demanda reposo para poder digerir.
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