La espinaca es un vegetal altamente nutritivo, ideal para introducir en la alimentación complementaria a partir de los 6 meses, siempre cocida y en purés o papillas para evitar riesgos de atragantamiento.

Es, además, fuente de hierro no hemo, vitamina C, calcio, antioxidantes y contribuye al desarrollo saludable de los bebés. Sin embargo, debido a su contenido de nitratos, se recomienda ofrecerla en cantidades moderadas (es decir, 1 a 2 cucharadas cocidas) y no combinarla con otras fuentes ricas en nitratos, como la betarraga.

Es mejor incluir la espinaca en preparaciones junto a alimentos ricos en vitamina C, como el tomate, la naranja, el pimiento o la papaya, para mejorar la absorción de hierro. Este vegetal no solo es versátil y fácil de preparar, sino que también introduce a los pequeños en hábitos de alimentación saludable desde sus primeros años.

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