¿Qué tienen en común los helados de crema, leche, yogurt o hielo? La respuesta es simple: ayudan a enfriar el cuerpo y contribuyen con la hidratación. No obstante, desde su aporte nutricional hay diferencias importantes.
Actualmente, contamos con varios tipos de helados y, en esta diversidad, la calidad nutricional también varía. En forma general, los helados aportan energía en cantidades moderadas a bajas (desde 68 kcal hasta 250 kcal por cada 100g de helado que equivale, aproximadamente, al 10% y 15% del requerimiento de energía) y provienen de grasa saturada, proteínas de buena calidad y, principalmente, lactosa y azúcares añadidos como sacarosa, jarabe de glucosa, fructosa, entre otras.
Además, algunos pueden ser fuente importante de calcio de alta biodisponibilidad si contienen lácteo (oscila entre 148 mg/100 g en los helados de leche a 89 mg/100 g en los helados crema) y en menor proporción otros micronutrientes como vitamina B2, fósforo, magnesio y potasio.
Los helados de mejor calidad nutricional son aquellos que contienen fruta, leche, yogurt y menor concentración de azúcar añadida.
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