Es una hortaliza de forma alargada que al madurar se torna de morada a negra (aunque hay variedades blancas, rojas, entre otras) cuyo consumo es más común en la zona mediterránea y en diversas preparaciones (guiso, horno, a la plancha, etc.).
Una de las ventajas es que aporta muy pocas calorías de manera que es ideal en las dietas para perder peso, además su piel carnosa aporta saciedad y concentra fitoquímicos con efecto protector a la salud. Cada 100 g de berenjena cruda proporciona tan solo 24 calorías. Otra de sus características es que no es alta en grasa y entre los micronutrientes que más destaca está el potasio.
Tal vez su mayor virtud es su capacidad de reducir el colesterol y los triglicéridos en sangre. Esto se debe a que de contiene estatinas, componente similar al de los fármacos utilizados para este fin, sin embargo, esto no significa que reemplace el tratamiento médico.
Finalmente, la berenjena es rica en solanina, un alcaloide tóxico en el fruto poco maduro. Lo bueno es que desaparece en la cocción y en el proceso de maduración del fruto, por ello no debe consumirse cruda.
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