El papa Francisco anima a la Iglesia de Estados Unidos a "abatir muros y a construir puentes", en el mensaje de vídeo que hoy dirigió a la Asamblea General de la Conferencia Episcopal de ese país (USCCB), en Baltimore.
"Nuestro gran desafío es crear una cultura del encuentro, que aliente a cada persona y a cada grupo a compartir la riqueza de sus tradiciones y experiencias, a abatir muros y a construir puentes", indica el pontífice en su mensaje, difundido por la Santa Sede.
En su opinión, "la Iglesia en Estados Unidos, como en otras partes del mundo, está llamada a 'salir' de su comodidad".
Señala que los católicos deben ser "portadores de buenas noticias en una sociedad sujeta a desconcertantes cambios sociales", pero también culturales, espirituales y a "una creciente polarización".
Al recordar su viaje a Estados Unidos en septiembre de 2015, el pontífice asegura que quedó "impresionado por la vitalidad y la diversidad de la comunidad católica".
"A lo largo de su historia, la Iglesia en su país ha acogido e integrado nuevos flujos de inmigrantes. Con una rica variedad de sus lenguas y tradiciones culturales, han dado forma al rostro en continua transformación de la Iglesia estadounidense", apunta.
En este sentido, Francisco pide al clero estadounidense que considere de qué manera las iglesias locales "pueden responder mejor a la creciente presencia, a los dones y al potencial de la comunidad hispana".
Se refiere al Quinto Encuentro Nacional de Pastoral Hispana que comenzará en enero próximo y que buscará "reconocer y valorar los dones específicos que los católicos hispanos han ofrecido y siguen ofreciendo" a la Iglesia estadounidense.
Las palabras del papa contrastan con la controvertida intención del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de construir una barrera en la frontera sur del país para frenar la inmigración irregular procedente de México.
El pasado febrero, al regreso de su viaje pastoral a México, Francisco afirmó que construir muros "no es cristiano", lo que suscitó la respuesta del magnate, quien calificó de "vergonzoso" que un papa cuestionara la fe de una persona.
El por entonces portavoz vaticano, Federico Lombardi, defendió que el papa no había querido llevar a cabo "un ataque personal ni una indicación del voto" con sus palabras, sino reafirmar su mensaje de tender puentes entre culturas.
Trump zanjó la polémica y consideró al pontífice "un tipo maravilloso".