El otrora poderoso y artillado portaaviones NAe A-12 São Paulo, que fue buque insignia y orgullo de la Marina de Brasil y terror de otras naciones de Sudamérica, incluida por supuesto Argentina, fue hundido en alta mar, cerca de aguas brasileñas, porque nadie lo quería recibir en sus puertos.
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El astillero turco Sok Denizcilikve Tic, que se encarga de transportar la embarcación, no sabía qué hacer con el buque portaaviones .
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Caso muy complicado
La falta de solución al caso se prolonga desde hace meses, tras serle prohibido al portaaviones cruzar el Estrecho de Gibraltar y la entrada en aguas territoriales de Turquía, por lo que se vio la obligación del astillero a regresarlo a Brasil.
El viejo navío ha sido remolcado en círculos por la costa de Pernambuco.
Nadie quería hacerse cargo del buque
Sok Denizcilikve Tic emitió un comunicado informando que “cede la propiedad del casco a favor de Brasil. Se ha dado un plazo de 12 horas para la resolución de la disputa que impide enviar el barco a reciclaje verde”.
En agosto de 2022, el portaaviones São Paulo partió de Río de Janeiro con destino a Turquía para su desmantelamiento por el astillero Sok Denizcilikve Tic, que compró la embarcación por 2 millones de dólares en 2021.
Sin embargo, la denuncia de grandes cantidades de amianto a bordo del portaaviones impidió que el navío entrara en Turquía, una decisión de las autoridades ambientales obligó a la vuelta de la A-12 São Paulo a Brasil. Simultáneamente, su amarre era vetado por las autoridades brasileñas. Varias semanas, el remolcador estuvo dando vueltas en círculos, a la espera de una resolución del caso del portaaviones.
Doloroso hundimiento
La noticia del hundimiento del portaaviones São Paulo dio en enero fin a meses de idas y vueltas entre la Marina de Brasil y las empresas involucradas encargadas de su remolque y desguace.
Más precisamente del astillero Sok Denizcilikve Ticpara que había comprado su casco para su desguace en Turquía. No obstante, frente a la presencia de materiales tóxicos como el amianto, el Ministerio de Medioambiente del país prohibió su ingreso, provocando que el buque regresara a aguas brasileñas donde también le fue denegado el atraque en puertos locales.
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