Durante las audiencias papales de los miércoles, en la que personas comunes dialogan con el papa Francisco, el pontífice se fotografió con un grupo de católicos LGBTQ+, y varios sobrevivientes de abusos sexuales que llegaron al Vaticano en bicicleta.
Pero la del último miércoles tuvo una particularidad: Francisco detuvo la acción en la Plaza de San Pedro para recibir una llamada en un teléfono celular, que atendió durante el encuentro.
El dispositivo sonó cuando un hombre subió al atril para dar una de las lecturas de la mañana, pero un ayudante del Papa le indicó que esperara. Acto seguido, el funcionario le entregó un celular a Francisco, quien habló rápidamente durante aproximadamente un minuto y luego reanudó la audiencia.
El Vaticano no dio información sobre el contenido de la llamada.
Recibió pedidos
En tanto, los miembros del grupo LGBTQ+ Mosaiko dijeron que llegaron hasta la plaza para entregarle al pontífice un mensaje de inclusión y unidad en el día internacional contra la homofobia, la bifobia y la transfobia.
“Lo que le venimos a pedir al papa Francisco es que la Iglesia finalmente, digamos, nos dé la bienvenida”, manifestó Tiziano Fani Braga, el coordinador del grupo, después de la audiencia. “Tratamos de ser parte integral de la Iglesia, como todos los creyentes, sin discriminación y para luchar contra todos los tipos de discriminación”.
También en la plaza estaban 15 sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero y sus acompañantes, que partieron de Múnich el 6 de mayo en un peregrinaje en bicicleta hacia Roma. Buscaban atraer atención a la manera en que la Iglesia católica lidia con curas que violan y abusan sexualmente de niños y adultos vulnerables, y a la manera en que trata a las víctimas.
El grupo envió una carta a Francisco exhortándolo a “hacer todo a su alcance para garantizar que en todos los sectores de la Iglesia Universal el tema del abuso sexual y espiritual sea visto, enfrentado y prevenido mediante medidas preventivas apropiadas”.