Nada menos que 26 camionetas blindadas protegían al capturado Ovidio Guzmán (32), uno de los herederos del Cartel de Sinaloa y por quien Estados Unidos ofrecía hasta 5 millones de dólares por su captura.

Otras presentaban una especie de escudo en las ventanillas correderas situadas en el techo para dar más protección a la hora de disparar.

El impactante abanico de defensa del hijo de “El Chapo” Guzmán se pudo constatar en la zona de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos criminales sobre las calles de Culiacán, capital de Sinaloa, y que dejó al menos 29 muertos.

El secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Cresencio Sandoval, habló de varias camionetas “con blindaje artesanal”. Según constató el diario mexicano El Milenio, la mayoría de los vidrios de las camionetas que quedaron atascadas sobre las calles presentaba disparos de alto calibre que fueron contenidos por el grosor del cristal blindado.

Parecían tanques de guerra

Al menos tres de esos vehículos, además, tenían las ventanillas de las cuatro puertas con un diseño parecido al que se usan en los tanques de guerra, donde sólo se puede tener visibilidad por una ligera zona con vidrio reforzado.

El viernes, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) Luis Cresencio Sandoval González señaló que la estrategia y el poder de fuerza que usaron los agentes del Ejército consiguió atravesar el poderoso blindaje.

El artefacto que habrían tenido a su disposición es una M134 Minigun, proveniente de Estados Unidos, señaló el periodista local José Luis Montenegro. Se trata de un arma de alta velocidad con la capacidad de ejecutar entre 2.000 y 3.000 detonaciones por minuto.

Ovidio Guzmán también estaba fuertemente armado. Al momento en que fue ubicado entre los agresores, tenía en su poder armas exclusivas de las Fuerzas Armadas de México.

Bajo prisión preventiva espera ser extraditado a Estados Unidos

Tras su captura, Ovidio Guzmán fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 del Altiplano -conocido también como el penal de Almoloya-, ubicado en el Estado de México, donde también estuvo recluido su padre, quien se fugó de ahí en 2015, pero que recapturado ya está preso en Estados Unidos.

Luego de la audiencia del viernes, el juez federal Gregorio Salazar ordenó prisión preventiva para el presunto narcotraficante y fijó un plazo de 60 días para que Estados Unidos presente los documentos necesarios para su extradición.

Ante esta situación, los abogados del capo narco solicitaron que se le suministren sus medicamentos para tratar sus diversas enfermedades. Sin embargo, el juez afirmó que se realizarán los estudios necesarios para determinar si se le otorgarán los fármacos que solicita la defensa.