Una pequeña colina de 305 metros de altura en la isla norte de Nueva Zeñlanda, cerca de la bahía de Hawke, es el lugar con el nombre más largo del mundo e imposible de pronunciar, según el Libro Guinness de los Récords. El nombre es:
Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu.
Este nombre tan complicado proviene de la lengua maorí, el pueblo indígena polinesio de Nueva Zelanda, y significa algo así como “la cumbre donde Tamatea, el hombre de las grandes rodillas, el escalador de montañas, el devorador de tierra, el viajero incansable, tocó su flauta para un ser querido”.
En honor a Tamatea
Según la leyenda, Tamatea-pōkai-whenua (Tamatea el explorador), era un guerrero nativo que luchó junto a su hermano en la batalla de Matanui contra otra tribu, los Ngati Hine. Tamatea logró defender su territorio, pero su hermano murió en el combate. Entonces, Tamatea se quedó en la colina durante varios días, tocando su flauta maorí en señal de duelo. Los Ngati Kere, la tribu a la que pertenecía Tamatea y que vivía en la colina, decidieron honrar su memoria poniéndole su nombre al lugar.
Los descendientes siguen viviendo en la zona, que tiene unos 200 habitantes, y llaman a la colina simplemente Taumata, que es mucho más fácil de recordar y de decir. Sin embargo, el nombre completo sigue apareciendo en un cartel de 10 metros de longitud al pie de la colina, que se ha convertido en una atracción turística para los curiosos que quieren ver el lugar con el nombre más largo del mundo.
Muchos visitantes intentan hacerse una foto con el cartel, aunque no es fácil captarlo entero, o pronunciar el nombre, aunque sea con ayuda de una guía fonética.