Tiburón martillo gigante da "brazadas laterales" para ahorrar energía
Tiburón martillo gigante da "brazadas laterales" para ahorrar energía

El tiburón martillo gigante pasa mucho tiempo dando "brazadas laterales" para desplazarse porque le resulta más eficiente en el ahorro de energía que la posición erguida tradicional, informan hoy fuentes académicas.
"Al principio pensamos que el tiburón estaba enfermo, pero éste alternaba de un lado a otro. Una vez que comenzamos a mirar con más atención descubrimos otros ejemplos de este comportamiento", dijo el coautor del estudio Adam Barnett, de la australiana Universidad James Cook en un comunicado de su institución.
Los investigadores, liderados por Nicholas Payne, de la británica Universidad de Roehampton, colocaron acelerómetros y cámaras de vídeo en dos tiburones martillo gigante (Sphyrna mokarran) en Australia y Belice, así como utilizaron la información proporcionada por otros tres aparatos colocados en escualos en Bahamas.
Los datos recolectados revelaron que los cinco escualos nadan en un 90 por ciento del tiempo de desplazamiento inclinados lateralmente en un ángulo que varía entre 50 y 70 grados, agregó la fuente académica.
Las posteriores simulaciones hidrodinámicas con los modelos físicos del tiburón martillo gigante determinaron que estas bestias padecen una menor cantidad de fricción, lo que supone un menor gasto de energía, si nadan con una inclinación de 50 a 70 grados, utilizando su aleta frontal para ascender.
Según Barnett, este método de natación lateral reduce el coste de desplazamiento en un diez por ciento en los tiburones martillo gigante, que llegan a medir seis metros.
El estilo de "brazada lateral" es "una conducta común razonable" del tiburón martillo gigante, incluso en aquellos que están dentro de los acuarios, y es "una solución fascinante para minimizar los costes de desplazamiento", dijo Payne en el comunicado.
El autor del estudio recordó que el tiburón martillo gigante, incluido en la Lista Roja de la IUCN de las especies en peligro de extinción, está desapareciendo de los océanos a una velocidad alarmante por lo que su observación se hace cada vez más difícil.
"Nuestro estudio subraya todo lo que nos falta aprender de los océanos", acotó Payne.

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