Me casaré con mi amor del colegio

RAFAEL (54, San Miguel). Increíble, doctora. Luego de deambular en el amor, sin tener la más mínima fortuna, fracasar en numerosas relaciones, me encontré ni más ni menos que con mi amor de colegio y ahora voy camino al altar, cuando ya muchos hombres son hasta bisabuelos.
Estoy feliz, en realidad. Carmen siempre fue dulce, buena, muy cariñosa, sencillita y ahora mayor, lo es mucho más. Y tenerla junto a mí es como retroceder en el tiempo, hasta las aulas escolares, cuando hacíamos muchas travesuras juntos, copiábamos las respuestas de los exámenes, nos íbamos juntos a las casas tocando los timbres delos vecinos, recogiendo piedras raras o hablando de cómo nos fue en clases.
Siempre me gustó Carmen y yo le decía, muy mocoso aún, que me casaría con ella, lo que le hacía estallar en risas, porque su sueño era convertirse en una policía galáctica, como en los dibujitos de la TV que veíamos todas las tardes.
Estuvimos juntos varios años, hasta que en secundaria nos separamos y nos perdimos el rastro. Ingresé a la universidad, me hice profesional, naufragué en todas mis relaciones sentimentales y pasé la barrera de los cincuenta.
Y fue, curiosamente, el deceso de un amigo de colegio, lo que me devolvió la vida. Al funeral, fue Carmen irreconocible, hermosa, divina en toda la expresión de la palabra .
Carmen venía de separarse tras catorce años de matrimonio y acordamos salir para recordar los buenos tiempos. Y así, día tras día, reeanudamos ese amor que nació entre libros y carpetas y esta semana vamos a casarnos, doctora. Como se lo prometí siendo apenas un mocosito.