ISABEL (40, San Miguel). Me divorcié hace un par de años y desde entonces no he vuelto a tener ningún tipo de relación sentimental y mucho menos sexual con otro hombre, pues temo volver a ser engañada y lastimada.
Llegué al matrimonio como cualquier mujer: ilusionada, llena de expectativas con mi nueva vida de casada y con ganas de tener hijos y formar un hogar feliz. Sin embargo, nada de eso sucedió, pues mi ex esposo se encargó de hacerme la vida un solo de llanto, sin esperanzas de nada, ni siquiera de poder ser mamá.
Ocurre que Miguel, mi ex esposo, no podía tener hijos y me lo ocultó. Pese a su engaño lo perdoné y creí que podíamos adoptar un bebé, pero se negó. Luego empezó a salir fuera de casa los fines de semana, a no llegar a dormir y por último tuvo el descaro de llegar en copas con unos amigos y varias mujeres, todos emparejados.
Esa fue la gota que derramó el vaso y me llevó a tomar la decisión de divorciarnos. Han pasado dos años desde entonces y no he podido retomar otra relación, y no porque me falten pretendientes, sino porque todo el tiempo la he pasado rechazando invitaciones a salir.
Y es que en el fondo tengo miedo de volver a ser engañada, no quiero sufrir ni hacerme falsas ilusiones. Hace un par de meses conocí a Humberto, un hombre bueno del que tengo buenas referencias y que me ha invitado a salir, pero al que he rechazado a pesar de que me parece interesante.
Me envía rosas, me ha escrito poe-mas y hasta enviado una grabación de voz pidiéndome una oportunidad, que le permita demostrarme que no todos los hombres son iguales, pero la verdad no sé qué hacer, por eso necesito de su consejo y poder encontrar una salida a mis miedos.