La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa que puede afectar cualquier órgano del cuerpo, pero su principal objetivo son los pulmones. La bacteria responsable es conocida como el bacilo de Koch o Mycobacterium tuberculosis y su origen se remonta a épocas antiguas, como lo evidencian hallazgos en civilizaciones egipcias y fardos funerarios de la cultura paracas.
En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, el Dr. Rafael Reaño Ortega, médico neumólogo de la Clínica Javier Prado, brinda información crucial sobre esta enfermedad.
El especialista sostiene que la población más propensa incluye a personas con bajos ingresos económicos, condiciones de vida precarias, falta de acceso a la salud, desnutrición, diabetes, infección por VIH, pacientes oncológicos y que manejan tratamientos inmunosupresores. La población infantil malnutrida también está en riesgo debido a la respuesta ineficaz del sistema inmunológico.
Los síntomas incluyen tos persistente, sudoración nocturna, pérdida de peso, falta de apetito y fiebres nocturnas. Estos indicios sugieren la posibilidad de padecer la enfermedad, especialmente si persisten por más de dos semanas
El Dr. Reaño Ortega, señala que el diagnostico se realiza con una prueba de esputo, para identificar la presencia de la bacteria y una radiografía de tórax para detectar posibles lesiones pulmonares. Estas pruebas son fundamentales para un diagnóstico temprano.
¿Cómo se trata la tuberculosis y en cuánto tiempo?
El médico especialista de la Clínica Javier Prado indica que el tratamiento para la tuberculosis sensible dura seis meses, mientras que para la resistente puede extenderse de 18 a 24 meses, dependiendo de la gravedad y el patrón de resistencia. Actualmente, la vacuna BCG se utiliza para prevenir formas graves en la población infantil, con una eficacia variable. Aunque se están desarrollando vacunas adicionales, aún no hay una estandarización para prevenir la enfermedad en adultos.
¿Cómo se propaga realmente la enfermedad?
La transmisión ocurre principalmente por vía aérea y no a través de utensilios, ropa u objetos utilizados por una persona enferma. Es esencial desmitificar la enfermedad y evitar la estigmatización.
La detección temprana, el tratamiento oportuno y la prevención son fundamentales para combatir la tuberculosis. La colaboración entre el Estado y la comunidad es crucial para detener la propagación de esta enfermedad altamente prevalente en nuestro país. La población debe estar alerta a los síntomas y acudir al especialista para un diagnóstico adecuado.
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