Los se encargan de mantener la sangre “limpia”, libre de excesos, excretando por la orina todos los elementos que sobran. Para lograrlo, cada 24 horas los riñones filtran 150 litros de sangre y producen, en promedio, 1.5 litros de orina. El tracto urinario cumple un rol fundamental para mantener el equilibro de los líquidos en el cuerpo.

Cuando la hidratación no es suficiente, se concentran las sustancias en la sangre, especialmente el sodio, o se reduce el volumen sanguíneo. El cerebro detecta esta situación y envía señales al riñón para que retengan agua y sodio. Al mismo tiempo promueve la aparición de la sed.

No beber suficiente líquido, especialmente si es de manera prolongada, puede causar infecciones urinarias, produce la formación de cálculos y está asociado al cáncer de vejiga.

Estudios han demostrado que beber 2 litros de líquido al día puede reducir la recurrencia de cálculo renal en 50% y se incrementa a 60% si es agua, pero si la hidratación es con bebidas azucaradas, la reducción no es significativa.

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