Enfermedades como la fibromialgia, artritis, cáncer, lupus, entre otras, suelen cursar por procesos inflamatorios a los cuales muchas veces se le suma el dolor.
Investigadores de la universidad de Harvard, mientras estudiaban las bondades de la fresa frente a las alteraciones cardiovasculares, descubrieron que las mujeres que consumían de 16 unidades o más de fresa en la semana, disminuían sus niveles de proteína C reactiva (marcador de inflamación) en un 14%.
Los niveles altos de PCR también están relacionados con un mayor riesgo de derrame cerebral y enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, la PCR se eleva en los cuadros agudos de artritis y lupus.
Incluir las fresas en la dieta diaria es un hábito saludable, especialmente en quienes atraviesan por procesos inflamatorios, incluso aquellas personas con obesidad. Este beneficio se mantiene tanto en las fresas frescas como congeladas.
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