A sus 84 años, don Heriberto Ruiz mantiene la misma pasión e ingenio que descubrió a sus 21 años, cuando se convirtió en el discípulo del fallecido suizo Franz Ulrich, el creador del horno que permite cocinar varios pollos al mismo tiempo y de manera uniforme. A pesar de no ser un ingeniero, como su maestro, su determinación y deseos de aprender le permitieron adquirir todos los conocimientos en la elaboración de estas máquinas y, tras 5 años de arduo trabajo como soldador, decidió independizarse para crear su propia empresa. “Cuando le dije al señor Franz que ya no iba a trabajar, me aumentó el sueldo para que me quedara. Un año después, presenté mi renuncia y me volvió a aumentar, y la tercera vez me preguntó, ‘¿por qué se va maestro?’, le respondí que quería poner un tallercito y me dijo, ‘muy bien, estamos para ayudarlo’”, recuerda.
GRATITUD. Hace 58 años Don Heriberto fundó su empresa: H. Ruiz Hermanos y hoy es considerado la leyenda viva de la fabricación de estas máquinas que exporta cumpliendo todas las certificaciones internacionales, hasta Chile, Bolivia, China, Japón, Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania, entre otros. “El señor Franz me quería como un hijo, siempre me decía, ‘me siento muy orgulloso de usted’. Yo los acompañé hasta ancianitos a él y a su esposa, ya fallecieron”, expresa con profundo agradecimiento.
INNOVACIÓN. Si bien Don Heriberto no es el creador de los hornos, año tras año trabajó en mejorar las técnicas de fabricación, perfeccionar su estructura y hasta tener sus propias invenciones como el primer horno a gas en el Perú, el horno de ladrillos rodante y el horno ecológico, que ha vendido a nivel mundial, y que permite ahorrar tiempo y carbón, sin requerir chimeneas, ni ductos de ventilación. Entre risas, afirma que ha superado al maestro.
SOLIDARIO. Y aunque sus inventos han sido plagiados por muchos de sus competidores, el empresario lejos de pensar en demandas expresa que se siente orgulloso de ser un guía para los emprendedores y de que la industria vaya mejorando. Al mismo tiempo, asegura que continuará trabajando hasta el último día de vida. “Pensé que a los 70 o 75 años les daría la empresa a mis hijos, pero eso es imposible. Haciendo mis labores me siento tranquilo, no me duele nada. Tengo mucho amor, pasión, vocación por mi trabajo”, concluye el próspero empresario.
FICHA:
Me llamo Don Heriberto Ruiz Sánchez
Tengo 84 años
Una frase que me gusta: “Nunca dejemos de aprender”.
A los que no se atreven a emprender les diría: “Hay que sacrificarse para salir adelante”.
7 mil a 10 mil dólares oscila el precio de sus hornos. El l 70% son exportados al extranjero.
Su fábrica “H. Ruiz Hermanos” se encuentra ubicada en la cuadra 8 de la Av. Nicolás Ayllón, La Victoria.
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