Habitualmente antes de cocinar cualquier alimento solemos lavarlo muy bien. Más que una sugerencia se trata de un hábito para que ninguna bacteria llegue a nuestro plato. Pero una advertencia del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) generó la polémica alrededor de uno de los ingredientes más usado en las recetas caseras: el pollo.
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El motivo por el que no hay que lavar el pollo antes de cocinarlo
Según el CDC, no se debe lavar el pollo antes de cocinarlo debido al peligro de propagar bacterias a los utensilios u otros alimentos que haya cerca. En su lugar, la agencia estadounidense ha establecido unos trucos caseros que pueden disminuir los riesgos de intoxicación mientras cocinamos en casa.
“El pollo crudo puede estar contaminado con una bacteria llamada Campylobacter, y algunas veces con la Salmonella o la Clostridium perfringens, extremadamente peligrosas. Por ello, si lo comes poco cocinado u otros alimentos o bebidas que estén contaminados por él o sus jugos, puede contraer una enfermedad o una intoxicación alimentaria”, afirmó el CDC, en unas declaraciones a The New York Post.
Cómo disminuir los riesgos de intoxicación
La CDC sugirió poner el pollo crudo en una bolsa desechable antes de guardarlo en la nevera, lavarse bien las manos con jabón después de manipularlo, usar una tabla de picar que no se use para el resto de alimentos y nunca colocar ningún alimento cocido o fresco cerca al pollo en el refrigerador.
También aconsejó emplear un termómetro de cocina para cerciorarse de que el pollo esté en su punto y perfectamente cocinado. Pero sobre todo recomendó no lavar el pollo crudo ya que “los jugos se pueden esparcir por la cocina y contaminar a otros alimentos, utensilios o a la propia encimera”.